miércoles, 17 de marzo de 2010

Las tres plantas de Azucarera llevan más de una semana cerradas por la lluvia

Si todo hubiera salido como se había planeado, a día de hoy Azucarera ya conocería la siembra de remolacha para la próxima campaña (2010-2011). Sin embargo, la realidad es otra bien distinta: ni siquiera ha terminado de molturar la presente.
Hasta ayer las tres plantas que tiene en Castilla y León permanecieron cerradas y la intención es abrir hoy la de Miranda de Ebro porque los agricultores tienen arrancadas 70.000 de las 96.000 toneladas de raíz que quedan por recoger en la zona, y están a la espera de entrar en la fábrica. A partir de ese momento se estiman un par de semanas de actividad para dar por concluida la campaña en esa fábrica.
«Los retrasos se deben a que no se entrega remolacha porque no se puede arrancar», en definitiva, «no hay más causa que la lluvia», según el director agrícola de Azucarera, Diego Valle, que asegura que no hay fecha exacta para la reapertura de las otras dos plantas que tiene en la comunidad. Los teléfonos no dejan de sonar estos días entre la industria y las organizaciones agrarias para decidir el momento. Sin embargo, hay que contar, en el caso de Toro, que estos días han vuelto a caer 14 litros de agua en la provincia de Salamanca, que es donde queda gran parte de las 90.000 toneladas de remolacha por recoger que se molturarán en la planta zamorana. No obstante, podríamos estar hablando de «finales de esta semana», cruza los dedos Valle.
Respecto a la reanudación de la fábrica de La Bañeza (León) la prudencia es máxima y más después de que se haya tenido que cerrar en dos ocasiones desde que comenzó la campaña en noviembre. La primera vez fue a finales de diciembre y la segunda hace algo más de una semana. Además es la planta en la que más queda por recibir ya que según las estimaciones de la industria faltan unas 184.000 toneladas.
Con esta situación, no es de extrañar que este invierno tan lluvioso haya despertado una sensación de preocupación que roza la desesperación tanto en los agricultores como en la propia industria. De hecho, Diego Valle suspira derrotado «no ha habido ni quince días de tranquilidad climatológica», a la vez que lamenta la reducción de una cosecha que se iniciaba «magnífica» y que se vio sorprendida por las heladas y las lluvias que no han cesado desde mediados de diciembre.
Por este motivo, el director agrícola de Azucarera califica la recta final de la campaña como «bastante complicada». «Deberíamos tener prácticamente sembrada la campaña del año que viene y, con independencia de que se haya podido recoger, se ha retrasado».
Pero las lluvias no solo han afectado a los tiempos, también a la calidad del producto puesto que, según Diego Valle, la calidad de la raíz se resiente ya que con las heladas pierde la hoja; ésta rebrota a costa de la sacarosa que le resta calidad a la raíz, y a parte de esto, al estar la remolacha sumergida en el agua, hace que se deteriore. «No le viene bien desde el punto de vista agronómico», sentencia.
Rendimiento récord
Pero no todo son desgracias a la hora de analizar los efectos de la lluvia en la remolacha. De hecho, la industria ha constatado que «gracias a los esfuerzos de Azucarera y al Plan 2014, vamos a tener rendimientos récord en esta campaña». Se refiere Diego Valle a la producción que se acercará a las 100 toneladas por hectárea de media, algo que no había ocurrido hasta ahora y que se incluye en los objetivos de ese plan de mejora del cultivo. «En este momento tenemos una media de 96,3 toneladas por hectárea entre los que ya han acabado».
Respecto al precio, Valle asegura que los agricultores percibirán «entre 41 y 42 euros por tonelada», aunque cuando se le pregunta por las pérdidas que va a ocasionar esta campaña tan irregular asegura que «no se han cuantificado» todavía.
No empezó tarde
Precisamente los retrasos y trastornos que está provocando la lluvia en la recogida y molturación de la remolacha ha llevado a los agricultores a plantearse si el inicio de la campaña no fue un tanto tardío. Azucarera empezó la molturación en las tres plantas que tiene en Castilla y León el 3 de noviembre, y a juicio de los agricultores las plantas tendrían que haber abierto antes. «No hubo comienzo tardío», asegura Diego Valle que insiste en que las fábricas empezaron a funcionar «incluso antes de lo que nos dijeron las organizaciones agrarias».
Por este motivo critica la concentración de agricultores a las puertas de la planta de La Bañeza (León) que a su juicio no fue más que «un grupo de agricultores de una organización (UCCL) que desde el punto de vista de la contratación de remolacha con nosotros es marginal. Creo que fueron unas 19 personas que fueron a la fábrica a decirnos que habíamos empezado tarde, cuando resulta que hemos empezado antes y cuando lo pidieron los agricultores».
La única planta que empezó algo más tarde, «once días exactamente» fue la fábrica de Toro (Zamora) como consecuencia del traslado de parte de las instalaciones que procedían de la fábrica de Peñafiel (Valladolid) que cerró el año pasado. De haber empezado a tiempo, «llevaríamos unas 80.000 toneladas de adelanto», algo que a juicio de Diego Valle, no les sacaría del bache en el que están. En definitiva, «no se está prolongando demasiado la campaña», se defiende el responsable de la industria, aunque reconoce que a estas alturas «ya tendría que haber terminado si no hubiera sido por la lluvia».
Menos remolacha
Por otro lado, y según la reunión de la mesa de la zona norte celebrada el pasado día 9, tanto la industria como las organizaciones agrarias han adoptado una serie de medidas, conscientes, como son, de que en el Norte (Castilla y León, País Vasco y Rioja) se recogerá «menos remolacha de la prevista», aunque la situación es mucho más complicada en el Sur (Andalucía), donde se califica de «desastrosa».
Como consecuencia de ello, según el documento, la mayoría de la remolacha adicional se va a tener que exportar y otra parte se recalificará en cuota fruto del incumplimiento del sur. Además se propone que «no se considere el reporte de cara al cálculo de la opción de contratación», y que, dadas las fechas en que nos encontramos, «aquellos agricultores que no tengan tierras no se les penalizaría en caso de comunicarlo».
Por otra parte, se va a poder cont
ratar una nueva remolacha, denominada suplementaria, que tendría el mismo precio de la de derechos, con portes, que se pagaría mensualmente y cuyo destino es el reporte, esto es, remolacha no contratada un año que se da por contratada para el año siguiente, y que cobraría las ayudas en ese momento. Esta remolacha suplementaria, en caso de no cubrirse el 95% de la contratación (derechos y suplementaria) penalizaría sobre los derechos. Para solicitarla se ha fijado como fecha tope de entrega de adopción de contratación el 15 de abril, debiéndose comunicar las parcelas antes del 30 de abril.

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