04.03.10 - 00:44 - S. ANDRINO | VALLADOLID.
La medida aprobada por el Ministerio y las comunidades autónomas es, para el secretario regional de la Unión de Pequeños Agricultores y ganaderos (UPA), Julio López, «positiva» porque se ha hecho «lo que hay que hacer»: por un lado inyectar dinero al sector a través de esa moratoria en los préstamos y, por otro lado, aprobar esas líneas de ayuda a través del ICO-Liquidez. Para López «es la primera medida» pero «de poco serviría» si al final no se consigue rentabilidad en el sector, debido a que los precios de los productos siguen siendo bajos y los costes de producción mantienen la tendencia al alza. Lo que hay que buscar en este tiempo es que «las explotaciones sean rentables», de tal forma que en este tiempo los profesionales puedan recuperarse económicamente de la situación tan crítica que están atravesando. De ahí que insista en que «tan importante es la medida como la celeridad para su puesta en marcha». En este sentido, parece que todo apunta a que no se tardará mucho porque las entidades que intervienen de una u otra medida «están preparadas».
Por otro lado, para la Uniónd e Campesinos de Castilla y León (UCCL), el aplazamiento de la deuda «sólo sirve para prorrogar la agonía que viven los agricultores y ganaderos a título principal». Para esta organización agraria, «como ya hemos reiterado en numerosas ocasiones», es vital que las administraciones públicas pongan en marcha un plan de refinanciación de la deuda del sector agrario.
Según sus propios informes, este plan debería asentarse en el régimen de 'minimis', que son las ayudas que Bruselas permite articular a los Estados miembros y que pueden alcanzar una cuantía máxima de hasta 15.000 euros por explotación agraria. Según UCCL, esto es algo que ya se ha hecho en otros países como Bélgica, Italia, Hungría y Lituania tras el visto bueno de la Unión Europea, y por eso están convencidos de que, junto a las ayudas directas que se puedan establecer, «deben contribuir a condonar la deuda de dos años».
UCCL considera que, tras más de 20 encuentros celebrados hasta la fecha, ha llegado el momento de que «tanto la cartera que dirige Elena Espinosa como quienes se están sentando al otro lado de la mesa de negociación cambien de una forma radical su forma de actuar y busquen soluciones de verdad para la tremenda crisis que están soportando los agricultores y ganaderos, dejando a una lado las bonitas palabras y las buenas intenciones».
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