Las continuas lluvias impiden a los agricultores comenzar las tareas de fertilización y siembra propias de la época de primavera
26.03.10 - 00:49 - A. P. PALENCIA.
26.03.10 - 00:49 - A. P. PALENCIA.
Dice el refrán que nunca llueve a gusto de todos. De hecho, tanta lluvia y el exceso de humedad están resintiendo al campo, sobre todo a los cultivos que están todavía en la tierra, como la remolacha y el maíz.
«Llueve sobre mojado» y «estamos hartos de tanto agua» son algunas de las frases más pronunciadas por los agricultores, que ven como el agua anega sus tierras, arrastra sus cultivos y no les permite entrar en las tierras y empezar las labores típicas de la época.
La remolacha es uno de los cultivos que más está sufriendo las consecuencias de las continuas precipitaciones, ya que aún quedan toneladas por sacar del terreno, lo que provocará la prolongación de la campaña hasta abril y la consecuente pérdida de producción y de riqueza del cultivo, según los presidentes de las organizaciones agrarias de Palencia, quienes también destacan las pérdidas en la cosecha de maíz, que aún no se ha podido sacar y se está pudriendo en las tierras. «Del maíz que queda por recolectar en la zona de Saldaña, el 70% está machacado por el agua, aunque depende un poco de la zona donde esté la tierra», según explica el coordinador de UCCL, Francisco Salvador, quien solicita a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) la ampliación del plazo para solicitar las ayudas por los daños ocasionados por las riadas tras los desembalses.
Pero también pueden verse afectados otros cultivos, ya que el exceso de agua en las tierras impide a los agricultores realizar los trabajos de fertilización, siembra o segunda sementera, típicos de esta época del año. «Es una cantidad de agua exagerada que no nos está permitiendo hacer las labores, sembrar remolacha o preparar el terreno para maíz o pipas. Además, está perjudicando a los trigos de primavera, garbanzos y lentejas», según explicó ayer el presidente de COAG, Pablo García.
Y es que uno de los efectos de la lluvia es que producirá un retraso en las labores que se tendrían que estar haciendo, sobre todo para las siembras tardías de cereales y de cultivos de regadío como la remolacha, según explica el presidente de Asaja, Alfonso Núñez, quien además prevé pérdidas cuantiosas por daños en infraestructuras como naves agrícolas o equipos de riego. «A la abundancia de agua, se suma el frío y la falta de nitrógeno, porque no se puede trabajar», explica, y defiende que la recolección de remolacha debería adelantarse.
«La situación es desastrosa. La campaña de recolección de remolacha, que tenía que haber terminado hace dos meses, está paralizada, y en la zona norte quedan unas 400.000 toneladas por recoger. La remolacha tendría que estar sembrada en un 75% y no se ha sembrado nada, y cultivos como la alfalfa o el maíz están paralizados», destaca el presidente de Upa, Domiciano Pastor, quien prevé un laboreo muy costoso, unos rendimientos menores y un retraso del desarrollo vegetativo que perjudicará «la actividad y la economía agrarias».
Altas temperaturas
Que cesen las lluvias y suban un poco las temperaturas para que las tierras pierdan el exceso de agua y les dejen empezar con sus tareas en el campo es el deseo de los representantes de las cuatro organizaciones agrarias, quienes este año parece que no tendrán que pedir más agua a su patrón San Isidro.
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