30-05-2011
La contaminación "no ha sido en el campo" y España niega haber suspendido su producción pero lo cierto es que la crisis alimentaria en Alemania, que afecta a centenares de personas, está devastando el trabajo impecable de nuestros agricultores.
Madrid - Rose Mary Acedo
La crisis alimentaria desatada en Alemania por la bacteria E. coli Enterohemorrágica está afectando a centenares de personas y ha dejado 10 fallecidos. Se trata de un brote infeccioso, que según anunció de forma muy precipitada una senadora alemana, tiene su origen en pepinos procedentes de España comercializados a través del mercado central de Hamburgo.
Precipitada afirmación porque a estas alturas no se sabe a ciencia cierta en qué punto se produjo la contaminación e incluso la Comisión Europea asegura que no existe certeza de que la bacteria causante de la intoxicación estuviera en el origen, por lo que se está investigando toda la trazabilidad del producto, desde su salida en dos puntos de España, hasta las empresas que las manipularon en destino.
Es decir, que no se sabe si se contaminaron durante el manipulado, el transporte, el almacenaje, e incluso en la distribución a tiendas en la propia Alemania, pero el único sospechoso es España, cuya ministra, Rosa Aguilar afirma que es una cepa "extraordinariamente rara, extraña, y nada habitual" en nuestro país, pero autoridades como las finlandesas se permiten el lujo de recomendar que no se consuman pepinos españoles y las Austriacas van más allá y han retirado no sólo los pepinos españoles sino también los tomates y berenjenas.
Las informaciones, como norma general en toda crisis, son confusas, España ha negado, en declaraciones a EFE, la información de la Comisión Europea, que en un comunicado decía que las autoridades españolas le habían informado de que se había suspendido la actividad de dos empresasde nuestro país (procedentes de Almería y Málaga) por haber distribuido los pepinos contaminados. Tampoco se ha paralizado la actividad de ninguna explotación. Lo que se ha hecho, es localizar y retirar el lote de pepinos que "podría ser causante del problema".
España ha elevado una queja a las autoridades alemanas, por esas inoportunas acusaciones y hace lo posible para defender a un sector productor, el español, intachable en su trabajo y que asegura que esta cepa no "nace en los invernaderos" y, por tanto, "no tiene su origen en el campo", pero lo cierto, es que Alemania se enfrenta, asegura, a la epidemia más grave de su historia. Eso, sin duda, pone en jaque a nuestro ya, más que dañado, sector productor.
La ministra de Medio Rural, Rosa Aguilar, recibe hoy a las 12:30 a los representantes de las principales organizaciones agrarias y Cooperativas Agro-alimentarias y la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas y plantas vivas (FEPEX).
La crisis alimentaria desatada en Alemania por la bacteria E. coli Enterohemorrágica está afectando a centenares de personas y ha dejado 10 fallecidos. Se trata de un brote infeccioso, que según anunció de forma muy precipitada una senadora alemana, tiene su origen en pepinos procedentes de España comercializados a través del mercado central de Hamburgo.
Precipitada afirmación porque a estas alturas no se sabe a ciencia cierta en qué punto se produjo la contaminación e incluso la Comisión Europea asegura que no existe certeza de que la bacteria causante de la intoxicación estuviera en el origen, por lo que se está investigando toda la trazabilidad del producto, desde su salida en dos puntos de España, hasta las empresas que las manipularon en destino.
Es decir, que no se sabe si se contaminaron durante el manipulado, el transporte, el almacenaje, e incluso en la distribución a tiendas en la propia Alemania, pero el único sospechoso es España, cuya ministra, Rosa Aguilar afirma que es una cepa "extraordinariamente rara, extraña, y nada habitual" en nuestro país, pero autoridades como las finlandesas se permiten el lujo de recomendar que no se consuman pepinos españoles y las Austriacas van más allá y han retirado no sólo los pepinos españoles sino también los tomates y berenjenas.
Las informaciones, como norma general en toda crisis, son confusas, España ha negado, en declaraciones a EFE, la información de la Comisión Europea, que en un comunicado decía que las autoridades españolas le habían informado de que se había suspendido la actividad de dos empresasde nuestro país (procedentes de Almería y Málaga) por haber distribuido los pepinos contaminados. Tampoco se ha paralizado la actividad de ninguna explotación. Lo que se ha hecho, es localizar y retirar el lote de pepinos que "podría ser causante del problema".
España ha elevado una queja a las autoridades alemanas, por esas inoportunas acusaciones y hace lo posible para defender a un sector productor, el español, intachable en su trabajo y que asegura que esta cepa no "nace en los invernaderos" y, por tanto, "no tiene su origen en el campo", pero lo cierto, es que Alemania se enfrenta, asegura, a la epidemia más grave de su historia. Eso, sin duda, pone en jaque a nuestro ya, más que dañado, sector productor.
La ministra de Medio Rural, Rosa Aguilar, recibe hoy a las 12:30 a los representantes de las principales organizaciones agrarias y Cooperativas Agro-alimentarias y la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas y plantas vivas (FEPEX).
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