El coordinador regional insistió en que esto pone de manifiesto que «hay que priorizar algunas obras»
La Unión de Campesinos de Castilla y León ha realizado una primera evaluación de los «daños importantísimos» causados por las incesantes lluvias en la comunidad. El coordinador de la organización agraria en la región, José Manuel González Palacín, a la espera de conocer datos oficiales, calcula que hay unas 150.000 hectáreas de cereal anegadas y que serán «imposibles» de recuperar, además de 8.000 hectáreas de maíz sin recoger en León y 1.500 hectáreas de remolacha que será difícil entregar.
El responsable regional manifestó que, si a los daños en los cultivos, se añaden las infraestructuras deterioradas, como caminos que necesitan ser reconstruidos, la cifra total puede ascender de 50 a 70 millones de euros «en una primera estimación». José Manuel González Palacín incidió en que se deben declarar como «zona catastrófica las zonas inundadas, para que posteriormente se pueda acceder a las indemnizaciones necesarias».
González Palacín señaló que esto pone de manifiesto la «ausencia total de planificación», algo que considera prácticamente «imposible en el siglo XXI», puesto que «hacen falta presas que llevamos 70 años esperando, como la de Castrovido». Como ejemplo, el coordinador regional apuntó que «los pantanos han logrando contener más del 80% o del agua», y donde no hay regulación es donde se han provocado las mayores pérdidas.
En este sentido, aseveró que «una de las mayores riquezas de Castilla y León es el agua, pero se nos escapa y no lo podemos aprovechar, con lo que tenemos un retraso importantísimo en regadíos, por ejemplo, si nos comparamos con Andalucía que tiene un 24% de superficie y nosotros no llegamos al 10 de este tipo». Los incumplimientos en regadío durante 30 años «han sido sistemáticos», porque «se aprueban los presupuestos pero las obras no se ejecutan».
Por ello, insistió en que UCCL ha solicitado una reunión con el presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero, José Valín, donde quieren abordar, entre otros asuntos, los daños de las inundaciones en las tierras, el calendario de las obras y también «dar una vuelta» al Plan Hidrográfico del Duero recientemente aprobado, «porque esto pone de manifiesto que hay que priorizar algunas donde más falta hace».
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