lunes, 19 de octubre de 2009

Las uvas de la discordia

El precio de la uva lleva tres años estabilizado o bajando, lo que preocupa a los viticultores por cuanto los costes de producción continúan subiendo • Esta vendimia oscilan entre los 35 céntimos y 2,40 euros

F. Trespaderne / Burgos

El precio de la uva, que lleva manteniéndose o bajando en los tres últimos años, suscita todos los años cierta polémica y esta vendimia no está siendo diferente. Sin ser una práctica generalizada, esta campaña en la Ribera del Duero algunos viticultores han metido la uva en las bodegas sin precio y esto preocupa a productores y organizaciones agrarias.
«El año pasado ya lo hizo alguna, pero la uva estuvo uno o dos días sin precios y luego se fijaba uno base a partir de unos parámetros, especialmente grado, y la gente ya sabía lo que iba a cobrar, pero este año -a estas alturas- las bodegas que cogen un mayor porcentaje de uva todavía no han fijado el precio y eso nos preocupa», manifiesta José Manuel de las Heras, viticultor, bodeguero y presidente de la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL).
En el mismo sentido se expresa José Antonio Campo, presidente de la Asociación de Viticultores de la Ribera del Duero, quien apunta que cerca del 60 por ciento de los viticultores «han llevado la uva a bodegas que apuestan más por la cantidad que por la calidad sin saber el precio que cobrarán, lo que no es justo y se van a cargar la denominación si no pagan el precio que se ha gastado el viticultor por producir un kilo de uva».
Esta práctica se ha registrado en las bodegas con grandes producciones, pero hay otras que sí han marcado un precio mínimo o de referencia, de 0,35 céntimos, y a partir de ahí con los parámetros que da la calidad este año el viticultor podrán cobrar unos 40 ó 45 céntimos, apunta De las Heras, quien no entiende que se pueda recoger uva sin poner precio, «porque las bodegas cuando venden el vino saben, quiero creer, como lo van a cobrar y en qué fecha».
Esta vendimia, en líneas generales, los precios oscilan entre esos 0,35 céntimos y un euro, aunque hay bodegas que vienen pagando por las uvas de algunos pagos, en los que su personal hace el seguimiento y limita la producción, entre 1,80 y 2,40 euros. «En las pequeñas bodegas y las que hacen vinos de calidad extrema no ha habido una repercusión a la baja significativa», apunta De las Heras, quien insiste que el problema se registran con el grupo de grandes bodegas que recogen un 20% de la producción de uva que se vende.
Desde las organizaciones agrarias denuncian el mantenimiento o caída del precios de la uva, a pesar del aumento de los costes de producción y las inversiones realizadas para mejorar las plantaciones. En este sentido, la Unión Regional de Cooperativas de Castilla y León marcaba a sus asociados un precio mínimo de referencia de 75 céntimos por kilo de uva tinta, que es según apunta Campo «lo que al viticultor nos cuesta producir un kilo de uva de calidad».

Hacer buen fruto

El responsable provincial de la UCCL, también considera que el precio de la uva tiene que oscilar entre los 75 céntimos y el euro «para las uvas que se consideran normales y para diferenciar la calidad, y a partir de ahí creo que nadie podría quejarse y podríamos continuar manteniendo los parámetros de trabajos en las viñas para seguir haciendo buen fruto. Si no hay un incentivo para que haya rentabilidad en el campo la gente va a dejar de tratar bien el viñedo».
De mantenerse estos precios, los viticultores consideran que «habrá mucha gente que en su día plantó viñas para conseguir una rentabilidad palpable de ellas que las va a vender y ya hay muchos viñedos en venta», pero a su juicio lo más preocupante es que «es que haya un abandono del mimo con el que se cuida ahora mismo el viñedo porque si no hay rentabilidad no habrá tantos cuidados como ahora mismo», declaran.
Este malestar por los precios ya está provocando una reducción en el número de viticultores y la propiedad se está concentrando en cada vez menos, pero la superficie en Ribera está estabilizada. Las bodegas tienen ahora mismo en propiedad el 30% de las 20.000 hectáreas de viñedo, el resto de la superficie está en manos de pequeños viticultores que abastecen a las cooperativas y bodegas.
Para todos los productores es fundamental que se mantenga un precio rentable porque si es bajo, «al final, también acabará con la rentabilidad de la mayoría de las bodegas, no de todas», indica De las Heras para quien una de las causas del bajo precio de la uva, es que las grandes superficies «están apretando a las bodegas que hacen grandes volúmenes para bajar el precio de la botella porque dicen que este año las uvas van a valer menos dinero, como ha ocurrido en Rioja».
No obstante, tras afirmar que la Ribera se diferencia de otras denominaciones por su calidad y unos precios acordes a la misma, De las Heras apunta que ciertas marcas emblemáticas de Ribera del Duero son caras, «y lo venden todo, pero el conjunto de las bodegas tienen unos precios aceptables a niveles de una denominación que dicen es más barata como Rioja. La relación calidad precio aquí es buena» y el nivel de ventas se mantiene. Este año las ventas han descendido un 0,038 por ciento, lo que significa que «la situación no es alarmante, pero sí para estar un poco preocupados porque la crisis afecta a todos».
Para el presidente de la Asociación de Viticultores el problema es «de las empresas fuertes, que están manejando todo el cotarro de los vinos y son los que marcan la línea a seguir en precios, y por eso tenemos que tomar alguna determinación para que la próxima vendimia no ocurra los mismo y esto se vaya al garete».
Con ser «grave» la situación en la Ribera del Duero, De las Heras señala que en otras zonas «es lamentable» y pone como ejemplo Castilla La Mancha, donde con un 40% menos de producción este año «los precios han sido bajísimos, ahí estamos hablando de 22 y 15 céntimos de euros por kilo, y por eso el sueño de los viticultores es arrancar el viñedo, no quieren viñas porque pierden dinero».
A estas alturas de la crisis económica, para el representante de la UCCL, «todo el mundo ha ajustado sus márgenes, pero una cosa es ajustar los márgenes de beneficios y otra ajustar el umbral de los costes de producción, y esto sí que es lamentable porque si a un viticultor le cuesta producir un kilo de uvas le cuesta entre 39 y 48 céntimos no puede ser que la uva valga a menos de esos porque entonces llegaría el abandono».
Los productores consideran que hasta ahora se han hecho bien las cosas en la Ribera del Duero y que hay que seguir en la misma línea para no empezar a desincentivar la alegría económica «porque traería consecuencias muy negativas», indican.

Rentabilidad

«Hay que buscar rentabilidad para los viticultores y las bodegas con el mismo producto», apunta De las Heras, quien considera que las inversiones en bodegas emblemáticas benefician la imagen de la Ribera del Duero, «pero lo que no puede ser es que esto se hunda como consecuencia de haber realizado malas inversiones, es algo que no se puede consentir porque es malo para todos».
Los viticultores consideran positivo que existan muchas bodegas, la mayoría pequeñas, porque «miman mucho más la calidad del producto base y del vino, como también es el caso de Burdeos donde hay muchas y en algunos casos inferiores a las de la Ribera del Duero». También apuestan por los bodegueros de aquí «han estado siempre, están y estarán, no ha venido aquí para sacar un beneficio inmediato y luego abandona, pero en una situación de libre mercado no te puedes oponer a que aquí aterrice cualquiera».
La situación de la Ribera para De las Heras «ahora mismo no es caótica, es cosa de pararse a reflexionar y no hacer cosas que en otras zonas han sido negativas, como aumentar mucho la producción dentro de las mismas hectáreas, lo que ocurrirá en Ribera si no hay un precio rentable porque si me van a pagar igual por dejar 4 ó 5.000 kilos por hectárea que por dejar 7, dejo 7.000, pero si es una denominación basada en la calidad eso tiene que primar por encima de todo. Hasta ahora se han hecho uvas para vinos baratos y para vinos muy competentes».
Mientras se mantiene la polémica por el precio de la uva, las inversiones en el mundo de vino se siguen realizando, «pero no con la misma alegría, en la Ribera del Duero se ha hecho un esfuerzo muy fuerte para tener las plantaciones bien, se ha hecho una transformación casi total, y se ha aprobado el examen», afirman.

No hay comentarios: