jueves, 7 de febrero de 2013

Los acuerdos a los que lleguen hoy los Jefes de Estado determinarán el futuro de la PAC


Hoy y mañana se va a celebrar en Bruselas una Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno especialmente complicada e importante, porque se va a discutir nuevamente el Marco Financiero Plurianual de la UE para 2014-2020. En noviembre pasado, en otra cumbre similar, las negociaciones resultaron fallidas y los 27 no fueron capaces de llegar a un acuerdo. Hace semanas parecía que en la Cumbre de febrero se podría llegar a un acuerdo, pero a medida que pasan los días aumenta la tensión. 

El presidente del Consejo Europeo Herman Van Rompuy va a presentar hoy un nuevo plan presupuestario para la UE (ya presentó otro en noviembre, pero sin éxito). Van Rompuy ha destacado esta semana que el presupuesto que se va a negociar tiene que ser un presupuesto de moderación que refleje los ahorros importantes que se están haciendo en los países y que por tanto, será la primera vez que se apruebe un presupuesto con reducciones en términos reales en relación con el presupuesto actual. 

El presupuesto que se consensúe contendrá el dinero con el que contará la UE para los próximos 7 años, el cual evidentemente va a condicionar las políticas que se apliquen. Así, en función del presupuesto que se destine para la PAC se podrá saber qué esperar de la reforma.

El presidente de la República francesa, Francois Hollande, ha declarado recientemente que está dispuesto a aceptar una reducción de las ayudas directas pero siempre que se cuente con medidas de desarrollo rural en el segundo pilar que permitan ayudar a los productores europeos. Se ha mostrado favorable a que se establezcan techos máximos de ayuda por explotación y al enverdecimiento de las ayudas. También ha destacado que actualmente la ganadería necesita más ayuda que la agricultura, porque está atravesando una grave crisis.

El Primer Ministro británico, David Cameron, amenaza con una posible salida de la UE si el Reino Unido, no mantiene la ventajosa posición que consiguió Margaret Tatcher, con el llamado "cheque británico" (dinero que recupera el Reino Unido de lo aportado a las arcas comunitarias). La administración británica se ha mostrado muy crítica con la idea de una PAC homogénea, y ha indicado que a medida que la PAC sea más ambiental y menos ligada a la producción, tendrá menos sentido tomar decisiones para toda la UE, y será mejor que cada país decida por sí mismo. 

Por parte española, a las conocidas posiciones sobre el primer pilar de la PAC hay que añadir la prioridad que se da a los fondos de cohesión, quedando en un aparente segundo plano la defensa del FEADER, como ya ocurrió en la negociación del anterior paquete presupuestario plurianual. 

Por su parte, Alemania, aunque defendería un presupuesto suficiente para la PAC, está muy condicionada por su voluntad de reducir su contribución presupuestaria neta, y en principio sigue pidiendo una revisión de los ingresos de la UE, llegando incluso a basarlos íntegramente enel recurso PNB, y opniéndose frontalmente a la propuesta francesa de recaudar fondos con una nueva tasa sobre las transacciones financieras.

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