lunes, 13 de diciembre de 2010

Los jóvenes miran al campo

Unos por 'obligación' y otros porque es lo que han visto a sus padres, lo cierto es cada vez son más los jóvenes que se preparan para incorporarse a la empresa agraria • Veintitrés asisten estos días a un curso de capacitación de la UCCL


Jorge Larrea, Medina de Pomar.
Luis López Araico
F. Trespaderne / Burgos
Unos por obligación, la situación laboral no permite elegir, y otros porque es lo que tienen más a mano y mejor conocen, lo cierto es que con esto de la crisis económica son muchos los jóvenes que miran al campo como una salida profesional, a pesar de que en algunos casos han estudiado y se han preparado para desarrollar otras profesiones. La prueba de que algo está cambiando en la concepción que los jóvenes tienen hacia la profesión de agricultor o ganadero es palpable si nos acercamos hasta las aulas.
En el Centro de Formación agraria Príncipe Felipe de Albillos este curso la matrícula ha aumentado de forma notable, pasando de 17 alumnos en el curso pasado a 37 en el actual, repartidos en los ciclos de producción agropecuaria, jardinería y el programa de cualificación, y lo mismo está ocurriendo en los cursos de incorporación a la empresa agraria organizados por la Unión de Campesinos de Castilla (UCLL) de Burgos.
En principio, este curso de la UCCL estaba previsto para quince personas, pero ha sido tal la demanda que los organizadores se han visto 'obligados' a ampliar las plazas hasta veintitrés, quedándose fuera un buen número de jóvenes (se apuntaron 63) dispuestos a prepararse para integrarse en el sector en un futuro próximo.
Hasta la fecha han sido más de 150 jóvenes burgaleses los que, gracias a estos cursos de la UCCL, han conseguido la formación necesaria para poder incorporarse ala sector agrario por medio de las ayudas de primera instalación convocadas por la Junta de Castilla y León para facilitar el relevo generacional en las explotaciones agrarias y ganaderas. Según la orden que regula estas ayudas para nuevas incorporaciones, los jóvenes que lo hagan deben poseer en el momento de la solicitud el nivel de capacitación suficiente o comprometerse a adquirirlo en el plazo de tres años desde la fecha de la resolución. Esa capacitación se adquiere con la realización de este curso, que tiene 200 horas, 170 teóricas y 30 prácticas.
En el curso, que se distribuye en tres módulos (uno de empresa agraria, otro tecnológico sobre producción agropecuaria y un tercero práctico), participan jóvenes de distintas localidades de la provincia que esperan incorporarse en un plazo corto de tiempo, en la mayor parte de los casos, a explotaciones agrarias y ganaderas familiares que ya están en funcionamiento con el objetivo de impulsar las mismas e iniciar nuevos retos que las hagan más competitivas dentro de un sector que, como otros, no está atravesando por su mejor momento.
Desde el Servicio Territorial de la Junta de Castilla y León en Burgos, Baudilio Fernández Mardomingo, jefe del mismo, manifiesta que a lo largo de este año se han tramitado 50 expedientes de jóvenes que se quieren incorporar a la empresa agraria, lo que a su juicio no deja de sorprender en estos tiempos. También sorprendido y esperanzado se muestra José Manuel de la Heras, presidente de la UCCL de Burgos, quien considera que con ser importantes estas incorporaciones «son muchas menos las incorporaciones que las bajas que se dan en el sector. El cómputo es negativo y la situación ahora mismo del campo, reconocido por la propia Comisión Europea, dice que estamos al cincuenta por ciento en la economía del conjunto de los sectores y eso indica que no es demasiado atractivo, aunque la situación económica general hace que todavía se pueda vislumbrar algo de luz al fondo del túnel», señala.
Esta tendencia de los jóvenes a interesarse por una profesión dura como es la de agricultor o ganadero, según De las Heras, es positiva, aunque sea porque en la ciudad es difícil encontrar trabajo o porque no corren buenos tiempos en otros sectores, y ante la demanda existente para realizar el curso de incorporación espera que desde la Administración regional se autorice la realización de alguno más con el fin de satisfacer las peticiones que han recibido este año.
De los veintitrés jóvenes que participan en el curso de incorporación a la empresa agraria, procedentes de todos la geografía provincial, lo que más llama la atención es que muchos de ellos se quieran dedicar a la ganadería, un sector que mucho más esclavo que la agricultura y que pasa por un mal momento. «La ganadería es vocacional y cuando a a alguien le gusta siempre espera el momento para incorporarse», afirma de las Heras, quien cuando ve a estos jóvenes «te queda un atisbo de esperanza para el futuro de este viejo oficio».

Jorge Larrea, Medina de Pomar
«Espero dejar mi profesión actual y poder dedicarme a la agricultura»

Reside en Medina de Pomar, es comercial de una empresa de productos de limpieza, y está realizando este curso de incorporación a la empresa agraria «por obligación», ya que su primo siembra y tiene unas hectáreas para declarar, «y para solicitar los derechos me han obligado a realizar este curso», apunta este joven que conoce bien lo que es la vida del agricultor. Jorge, por la mañana se dedicada a la venta de productos de limpieza y por la tarde a la agricultura «porque me gusta, creo que tiene futuro y espero dedicarme de lleno a la agricultura, si se enfoca bien esta profesión y puedo dejar la otra». De momento, Jorge solo piensa en la agricultura, «aunque tengo otras ideas si finalmente me dedico a esto, pero en estos momentos la situación económica no está como para dedicarse a muchas cosas, pero si el negocio va bien ya habrá tiempo en el futuro de pensar en la ganadería o en otros campos», señala.

Ana Belén Mendo, Villadiego
«La ganadería y la agricultura creo que son buenas salida profesionales»

De familia de agricultores y ganaderos, Ana Belén Mendo, aunque natural de Cáceres, reside en Villadiego y en la actualidad compagina sus estudios de Bachillerato con este curso de incorporación a la empresa agraria. «Quiero iniciarme en la agricultura y ganadería de vacuno porque toda mi familia se ha dedicado a ello, mi abuelo y mi padre, y considero que es una buena salida profesional», apunta, a la vez que centra sus objetivos en el regadío, al que se ha dedicado su familia, y a los cultivos de secano y ganadería de vacuno, de cebo. La intención es incorporarse a la explotación familiar para trabajar junto a su padre, aunque piensa que la situación está complicada para los agricultores y ganaderos, «pero lo voy a intentar y para eso me estoy preparando con este curso. Hasta ahora me ha servido para conocer mejor la normativa de la PAC y cuestiones relacionadas con los seguros, entre otras cosas, y espero seguir aprendiendo cosas».

Jesús Sedano, Medina de Pomar
«Continuaré con la explotación de mi padre porque ya se jubila»

Jesús reside en Medina de Pomar y realiza este curso 'por obligación', ya que le ha sido concedida una subvención de la Junta de Castilla y León para poner en marcha una explotación y para poder cobrarla necesita antes acreditar que está capacitado y eso se logra con la realización de este curso. «Tengo las hectáreas necesarias y otros requisitos que se requieren, pero me faltaba este curso», afirma Jesús, quien se hará cargo de la explotación familiar que deja su padre, quien se jubilará en breve. «Continuaré con la agricultura de secano (avena, trigo y cebada) y también con el vacuno de carne», señala Jesús, quien ya conoce bien el sector y las dificultades que el mismo entraña, pero aún así está decidido a continuar con la explotación familiar y a ponerse al día en cuanto a legislación se refiere porque «lo que es el oficio ya lo conozco de ver a mi padre», manifiesta este joven medinés que ve en la agricultura su futuro inmediato.

Iris Bonilla, Mahamud
«Quiero integrarme en el sector ganadero, en el vacuno de cebo»

Nació en Colombia, pero reside en Mahamud. Casada con un agricultor, Iris Bonilla se ha matriculado en el curso de la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) por iniciativa de su esposo. «Quiero integrarme en el sector ganadero», afirma esta joven que estudió Contabilidad y Auditoría en su país de origen y espera ser ganadera a título principal en el plazo de un año. «Mi marido trabaja en el sector del cereal y como han cambiado muchas leyes desde que él se incorporó, este curso nos servirá para ponernos al día en cuanto a normativa agraria y también la compleja por la que se rige el sector ganadero», indica Iris, quien tiene las ideas muy claras a la hora de plantearse el futuro. «Quiero trabajar en el vacuno de carne, de cebo, aunque he mirando también todo lo relativo a la crianza y madres nodrizas, pero hay mucho lío y nos vamos a centrar en el cebo», señala en un receso del curso en el que en estos primeros no se habla de ganadería.

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