La Unión de Campesinos sale a la calle para exigir «precios justos y evitar la ruina del campo»
Los agricultores recorren la calle Duque de la Victoria. :: GABRIEL VILLAMIL El de ayer fue sólo un aperitivo de lo que está por venir. Doscientos agricultores, convocados por la Unión de Campesinos (UCCL), recorrieron las calles de la capital escoltados por cuatro tractores para mostrar su malestar por la situación de un sector que, a su juicio, está abocado «a la ruina».La protesta, que se repitió en las nueve capitales de la comunidad, fue la primera de una serie de tres impulsadas por el sindicato. La segunda se celebrará también en Valladolid, pero con carácter autonómico, el 19 de mayo, y la tercera, a nivel nacional, coincidirá con la celebración de la cumbre europea de ministros de Agricultura que se celebrará en Mérida el 31 de mayo.«Lo que pedimos son medidas para paliar la falta de rentabilidad de un sector estratégico como el nuestro porque un negocio sin beneficios no puede subsistir», resumió el presidente de UCCL, Nacho Arias. Y es que a los labradores que secundan su reclamación no les cuadran las cuentas: «Las patatas se venden a 3 céntimos, cuando son necesarios 7 para rentabilizar la explotación, y luego se venden en los supermercados a 60 ó 70 céntimos...». Ante esta situación, como resumía Luis González, un labrador de Torrecilla de la Orden, «el cultivo más rentable para nosotros es no sembrar nada y dejar el tractor en casa». Lo más rentable, a su juicio, «es meter lo que gastamos en producción en el campo y tomarnos un café en el bar con el beneficio».«Situación catastrófica» Los afectados coinciden en señalar que la situación «es muy mala» en cualquiera de las comarcas de la provincia: «Da igual que cultives cereales, remolacha, patatas o viñedos, porque en muchos casos los precios son los mismos que los de nuestros abuelos, mientras los costes de producción no paran de crecer», concreta Gregorio Sanz, de Peñafiel. Otro compañero, en este caso de Sieteiglesias, Ángel Sandonís, incide en que «la situación del campo es catastrófica porque no hay ningún producto que sea rentable».¿Por dónde pasa la solución? El portavoz de la Unión de Campesinos, Nacho Arias, explica que «lo primero es establecer unos precios justos para los productores, porque no puede ser que nos paguen una miseria cuando el dinero se lo siguen llevando los intermediarios y las grandes superficies». También sería necesario «conceder las subvenciones de la PAC (Política Agraria Común) sólo a los agricultores a título principal, aplicar las ayudas directas a las explotaciones y abaratar los costes de las tarifas eléctricas, los abonos o del gasóleo».La Unión de Campesinos, que representa a 1.300 agricultores de la provincia (un tercio del sector), reclama al Gobierno que «aplique políticas y precios justos porque estamos vendiendo la mayoría de nuestra producción a precios muy por debajo del coste». La petición es extensiva para los ganaderos, que viven la misma crisis que el campo «desde hace años». «La UCCL siempre pide que el trabajo del campo sea para el campo y no para las hectáreas porque eso nos está llevando a la ruina», reitera otro agricultor, Néstor Alonso, que tiene sus tierras en Encinas.Los manifestantes partieron al mediodía de la plaza de Colón en una lenta marcha presidida por un silencio casi sepulcral sólo roto por la música tradicional que amenizó la protesta y por los petardos que fueron lanzando los asistentes a medida que avanzaban por la plaza Madrid y Duque de la Victoria para desembocar, una hora después, en Fuente Dorada. En la pancarta que abría la marcha se podía leer bien clara su reivindicación: 'Por la rentabilidad de nuestras explotaciones'.Apoyo de Silvia Clemente Los manifestantes, que se disolvieron sin provocar más incidentes que los atascos en las calles colindantes, recibieron el apoyo de la consejera de Agricultura, Silvia Clemente, quien afirmó que los agricultores tienen «razón». Acto seguido arremetió contra el Gobierno central porque, según recordó, se comprometió con las organizaciones agrarias a finales del año pasado a poner en marcha un plan de choque y, a día de hoy, todavía «no ha llegado ninguna medida decidida ni ningún plan global que ayude al sector a capear la crisis». La consejera defendió que la Junta está haciendo «todo lo que está en su mano, pero no es suficiente, para salir de esta crisis», informa Ical.
El de ayer fue sólo un aperitivo de lo que está por venir. Doscientos agricultores, convocados por la Unión de Campesinos (UCCL), recorrieron las calles de la capital escoltados por cuatro tractores para mostrar su malestar por la situación de un sector que, a su juicio, está abocado «a la ruina».
La protesta, que se repitió en las nueve capitales de la comunidad, fue la primera de una serie de tres impulsadas por el sindicato. La segunda se celebrará también en Valladolid, pero con carácter autonómico, el 19 de mayo, y la tercera, a nivel nacional, coincidirá con la celebración de la cumbre europea de ministros de Agricultura que se celebrará en Mérida el 31 de mayo.
«Lo que pedimos son medidas para paliar la falta de rentabilidad de un sector estratégico como el nuestro porque un negocio sin beneficios no puede subsistir», resumió el presidente de UCCL, Nacho Arias. Y es que a los labradores que secundan su reclamación no les cuadran las cuentas: «Las patatas se venden a 3 céntimos, cuando son necesarios 7 para rentabilizar la explotación, y luego se venden en los supermercados a 60 ó 70 céntimos...». Ante esta situación, como resumía Luis González, un labrador de Torrecilla de la Orden, «el cultivo más rentable para nosotros es no sembrar nada y dejar el tractor en casa». Lo más rentable, a su juicio, «es meter lo que gastamos en producción en el campo y tomarnos un café en el bar con el beneficio».
«Situación catastrófica»
Los afectados coinciden en señalar que la situación «es muy mala» en cualquiera de las comarcas de la provincia: «Da igual que cultives cereales, remolacha, patatas o viñedos, porque en muchos casos los precios son los mismos que los de nuestros abuelos, mientras los costes de producción no paran de crecer», concreta Gregorio Sanz, de Peñafiel. Otro compañero, en este caso de Sieteiglesias, Ángel Sandonís, incide en que «la situación del campo es catastrófica porque no hay ningún producto que sea rentable».
¿Por dónde pasa la solución? El portavoz de la Unión de Campesinos, Nacho Arias, explica que «lo primero es establecer unos precios justos para los productores, porque no puede ser que nos paguen una miseria cuando el dinero se lo siguen llevando los intermediarios y las grandes superficies». También sería necesario «conceder las subvenciones de la PAC (Política Agraria Común) sólo a los agricultores a título principal, aplicar las ayudas directas a las explotaciones y abaratar los costes de las tarifas eléctricas, los abonos o del gasóleo».
La Unión de Campesinos, que representa a 1.300 agricultores de la provincia (un tercio del sector), reclama al Gobierno que «aplique políticas y precios justos porque estamos vendiendo la mayoría de nuestra producción a precios muy por debajo del coste». La petición es extensiva para los ganaderos, que viven la misma crisis que el campo «desde hace años». «La UCCL siempre pide que el trabajo del campo sea para el campo y no para las hectáreas porque eso nos está llevando a la ruina», reitera otro agricultor,
Néstor Alonso, que tiene sus tierras en Encinas.
Los manifestantes partieron al mediodía de la plaza de Colón en una lenta marcha presidida por un silencio casi sepulcral sólo roto por la música tradicional que amenizó la protesta y por los petardos que fueron lanzando los asistentes a medida que avanzaban por la plaza Madrid y Duque de la Victoria para desembocar, una hora después, en Fuente Dorada. En la pancarta que abría la marcha se podía leer bien clara su reivindicación: 'Por la rentabilidad de nuestras explotaciones'.
Apoyo de Silvia Clemente
Los manifestantes, que se disolvieron sin provocar más incidentes que los atascos en las calles colindantes, recibieron el apoyo de la consejera de Agricultura, Silvia Clemente, quien afirmó que los agricultores tienen «razón». Acto seguido arremetió contra el Gobierno central porque, según recordó, se comprometió con las organizaciones agrarias a finales del año pasado a poner en marcha un plan de choque y, a día de hoy, todavía «no ha llegado ninguna medida decidida ni ningún plan global que ayude al sector a capear la crisis». La consejera defendió que la Junta está haciendo «todo lo que está en su mano, pero no es suficiente, para salir de esta crisis», informa Ical.
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