martes, 26 de abril de 2016

Las lluvias retrasan las siembras de patata en Castilla y León aunque se mantienen las previsiones de siembra

26/4/2016

Las lluvias de las últimas semanas están impidiendo que las siembras de patata en Castilla y León se desarrollen con regularidad. En Valladolid y Salamanca, que es una zona especializada en la producción de patata de consumo, la siembra está muy retrasada. Solo se ha sembrado en torno al 50% de la superficie prevista, según fuentes del sector. En otras campañas, este nivel de siembra es el que habría habido hace un mes. 

Se espera que esta semana ya no llueva, por lo que en cuanto el suelo esté oreado se podrán reiniciar las labores de siembra. Es previsible que los cultivadores mantengan sus previsiones de siembra, debido a que el productor ya tiene comprada la semilla y a que tampoco es fácil cambiar a otro cultivo. Se prevé que esta campaña se siembre algo más que la anterior. 

En 2015 se sembraron en Castilla y León 18.827 ha, que produjeron 828.913 tn. Para 2016 se esperan unas siembras en torno a las 20.000 ha, que sería una superficie similar a la de 2013 (20.290 ha). En producción se estima para este año unas 900.000 tn. La mayor superficie de siembra en Castilla y León se concentra en las provincias de Valladolid (5.093 ha), Salamanca (4.119 ha) y Segovia (2.130 ha), las dos primeras con patata de media estación y de escaso almacenaje, según datos de 2015.

En circunstancias normales de siembra y producción en el resto de España y en Francia, Castilla y León con una producción de unas 900.000 tn conseguiría mantener unos precios estables, según fuentes del sector. El problema es si se seguirán importando en torno a 600.000 tn de patatas, a partir del mes de noviembre, para el suministro a la gran distribución, quedando relegada la patata española para el mercado del saco (hostelería y fruterías a través de mercas). 

El sector de la patata tiene que adaptar sus producciones a las exigencias del mercado, ya que la patata de española tiene calidad culinaria para poder abastecer el mercado doméstico e incluso, para poder incrementar la superficie de siembra. No obstante, hay dos factores clave, que no hay que olvidar, por un lado, el productor tiene que olvidarse "del todo vale" y el consumidor tiene que aprender lo que parece que ha olvidado, que lo bonito no siempre es lo mejor en calidad culinaria.

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