El mal tiempo impidió entregar 30.000 toneladas de raíz.
A. Domingo | Redacción 13/02/2015
El responsable del sector remolachero de la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL), Juan Antonio Rodríguez, reclamó ayer a través de un comunicado de prensa «el pago o indemnización» de las 30.000 toneladas de remolacha que, según estima la organización agraria, «se han quedado en el campo» después de que el miércoles se cerrara a la recepción la molturadora de Azucarera Iberia en La Bañeza, última en cesar la actividad en esta campaña de las tres que esta empresa posee en la Zona Norte.
La UCCL critica además a «los firmantes del Acuerdo Marco Interprofesional (AMI), que han permitido que la fábrica se cierre sin ninguna solución», en referencia a la Asaja y Ugal-UPA, para la remolacha que se quedó sin entrar en fábrica a consecuencia de que no fue posible su recolección, ante el mal estado que presentaban las fincas, debido a la climatología adversa.
La UCCL se pone a disposición de los afectados «para iniciar las medidas de presión necesarias» para solucionar un problema del que responsabiliza a la situación dominante de la industria.
Por su parte, Azucarera Iberia señaló ayer que estudia una solución a la remolacha que no fue posible entregar y se remitió a las medidas que se acordaron en la mesa de fábrica celebrada a finales de la semana pasada, con el fin de mantener abierta la molturadora leonesa unos días más y minimizar, de esta manera, el impacto del cierre de la fábrica a la recepción.
La azucarera de La Bañeza ya tuvo que reducir el ritmo de molienda para aguantar la ralentización del ritmo de las entregas provocado por las lluvias de finales del año pasado y desvió remolacha de su planta de Toro con el fin de mantener como retén La Bañeza.
Por otra parte, los sindicatos agrarios presentes en la mesa de fábrica rechazaron la propuesta de cierre de la industria ante la situación de los remolacheros que aún no habían podido entregar su producción o parte de ésta, a fin de ganar unas jornadas para intentar el arranque.
En anteriores campañas, el último ejemplo fue la pasada, con peores condiciones climáticas que en la que acaba de terminar, Azucarera Iberia pagó a los cultivadores la raíz que no pudieron recolectar.
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