«Para mí, se ha cerrado una campaña a pérdidas en Castilla y León», sentencia Martín que ha echado cuentas de lo que gasta un ganadero en producir un litro de leche (entre 33 y 34 céntimos de euro) y lo que percibe por esta misma cantidad (entre 28 y 29 céntimos). A esto se suma, además, el hecho de que «las industrias lácteas están metiendo leche comprimida de Francia que sólo se puede elaborar para productos lácteos. Nos estamos quejando ante las administraciones para que les obliguen a comprar lo primero de Castilla y León», se queja la responsable de UCCL que es consciente de que esto tiene difícil solución. Aún así, encuentra una puerta abierta en las ayudas que conceden las Administraciones a estas industrias. Pide que se vinculen a esta medida y recuerda que «parece que desde la Junta hay algún compromiso pero todavía no hemos visto que salga a la luz».
«Lo más lógico es que las ayudas que se destinan a la industria se repartieran entre el resto de los eslabones y que al ganadero le llegara algo», solicita Adoración Martín antes de insistir en que al final el que más está padeciendo la crisis de precios es el productor. Advierte además de que la situación está obligando a tomar algunas decisiones que pueden repercutir en el producto final. «A nosotros nos exigen tanto y nosotros nos esforzamos por conseguirlo, pero si al final la repercusión económica no se traduce con las exigencias, el ganadero se desespera y piensa que como tiene que recortar para llegar a fin de mes se planteará gastar menos en tal o cual cosa, y al final la leche será de menor calidad». Insiste en que la leche de Castilla y León es una de las mejores de España y «todo eso se debía de valorar y gratificar al ganadero».
Con todo, para UCCL la última campaña de la leche en términos generales ha sido «desastrosa». Es la tercera consecutiva en la que no se ha cubierto la cuota nacional -no así en Castilla y León- y en la que el número de activos que están cerrando son cada vez más.
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