miércoles, 25 de agosto de 2010

La cosecha de patata en la provincia se reducirá este año hasta un 50%

Apuntan a las trombas de agua del pasado mes de junio como las responsables de la pérdida de este año
J. C. R. / Burgos
Los productores de patata de siembra de la provincia de Burgos van a ver como sus cosechas van a descender este año entre «un 40% y un 50%» de lo que consideran como «un año normal», según las estimaciones que el responsable del sector en la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) en Burgos, Justiniano Barriuso, proporcionaba a este periódico.
Barriuso apunta a las trombas de agua del pasado mes de junio como las responsables de la pérdida de este año. «Se perdieron muchas fincas debido a los barrizales» como consecuencia de las lluvias, con lo que el terreno «quedó apelmazado y los cultivos no han arraigado», explicaba. Si un año considerado como «normal», la cosecha por hectárea alcanza los 30.000 kilos, «este año no quedaremos en poco más de 15.000», lamentaba Barriuso.
Las comarcas que más se vieron afectadas por aquellas lluvias fueron «las del Tozo y Valdelucio», en la provincia de Burgos «y el norte de Palencia en los alrededores de Aguilar de Campoo», estupendas zonas en las que la patata de siembra siempre ha dado resultados importantes y grandes cosechas.
La escasez del tubérculo, «tampoco hará que suba su precio», explicaba, porque se trata, el de la patata, de «un sector muy desestructurado» y «muy mal organizado». Tanto es así, que un año más «vamos a ir a pérdidas» porque la rentabilidad que se obtiene de la tierra queda mermada por los altos costes de producción. Tanto es así que «el desánimo está cundiendo entre los productores» que ven como es imposible «cubrir costes». «Y esto se pueden aguantar un año, dos… quizá tres, pero el agricultor termina por decir 'basta' porque pierde todos los años mucho dinero», recodaba.

La explicación de Barriuso aclara bastante cómo está el sector de la patata. Aseguraba que «hace 25 años» la producción y comercialización estaba en manos de cuatro cooperativas que eran capaces de gestionar «cuatro vagones(la medida que usan los productores)». Cada vagón es de diez toneladas. Con ello, todos ganaban; desde el productor hasta el consumidor pasando por el intermediario de la venta. Sin embargo, «ahora se venden nada más dos vagones, pero ya hay 18 vendedores en el mercado», con lo que lejos de mejorarse la oferta, esto ha provocado que la producción descienda y los precios de lo que cuesta producir se multipliquen sin hallar beneficio el agricultor.
Para Barriouso, este cambio de tendencia tiene un responsable que es la Junta de Castilla y León «que ha permitido la individualización». Las cooperativas, así han ido perdiendo fuerza y «apenas las hay ahora de segundo grado». Esto es que se trata de cooperativas cuyos socios son otras cooperativas; mientras en las cooperativas de primer grado los socios son personas físicas o jurídicas, en las cooperativas de segundo grado, los asociados son sólo personas jurídicas.

Es la fecha en la que Barriuso prevé que se podrá empezar la recogida de la patata en la provincia de Burgos. Burgos, dentro del conjunto de Castilla y León no es una gran productora en cantidad, pero sí en calidad. La patata de siembra burgalesa tiene una gran acogida y mercado en toda España por su exquisita pulpa
En Burgos se siembras casi 2.000 hectáreas y su ámbito de siembra se circunscribe, fundamentalmente, en dos zonas, siempre al norte, como el Tozo y Valle de Valdelucio (unas 1.300 hectáreas) y en la Valle de Losa (algo más de 600). El resto se da en los páramos cercanos a Burgos, también hay una importante cantidad de producción.

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